Identidad
completa

Identidad completa (2010) propone un sistema humano -individuo, equipo o empresa- entendido como una unidad conformada por dos patrones antropológicos complementarios:

La mayoría de las empresas articulan sus relaciones y decisiones según un patrón antropológico masculino patriarcal («hablar a»), basado en la ejecución de órdenes y peticiones («poder sobre»), el ajuste al procedimiento, el seguimiento de la línea jerárquica, la exigencia del rol, o el alineamiento estratégico y cultural entendido éste como seguir la «línea oficial», que no es sino la obediencia.

La mayoría de las empresas articulan sus relaciones y decisiones según un patrón antropológico masculino patriarcal («hablar a»), basado en la ejecución de órdenes y peticiones («poder sobre»), el ajuste al procedimiento, el seguimiento de la línea jerárquica, la exigencia del rol, o el alineamiento estratégico y cultural entendido éste como seguir la «línea oficial», que no es sino la obediencia.

El patrón antropológico femenino-matriarcal, complementario al anterior, busca el alineamiento desde el compromiso de las personas y la cohesión de los equipos, el cual está vinculado con la generación de inclusión («hablar entre…poder para»).

Cada patrón antropológico es necesario pero incompleto. La identidad completa se logra desde un equilibrio dinámico entre ambos patrones. Este equilibrio es clave en la plenitud y el sentido de realización de las personas, en la generación de sentido compartido en los equipos o en el desarrollo sostenido del negocio.

La empresa tiene que equilibrar la búsqueda de resultado y la innovación colaborativa, las relaciones de jerarquía (vertical) y también las de paridad (horizontal, transversal), la economía de la contra prestación (trabajo a cambio de salario) y la del regalo (contribución generosa al equipo), los roles individuales y el trabajo en equipo, el realismo funcional de ejecución del presente y la imaginación que nos hace sonar sobre las posibilidades del futuro.

La empresa asigna equipos a procesos para generar anticipación estratégica y cambio cultural; este proceso de apertura ayuda a la toma de conciencia sobre cómo se actúa en el presente (moldes mentales, creencias, hábitos…) y sobre cómo cabe aprender y abrirse al mundo.

Estos procesos ayudan a compartir propósito, sentido y visión.