La asimetría en la relación

La asimetría en la relación corresponde a una relación de poder entre colaterales. El término no aplica en la relación jerárquica ordinaria, asimétrica por diseño. En coaching directivo la problemática de la asimetría aparece con cierta regularidad. Se vive como una fricción permanente que conduce a un desgaste de energía, que a su vez afecta a la eficiencia del negocio.

Incluso cuando no hay comunicación verbal entre dos personas éstas se comunican porque cada una por separado está especulando e interpretando el silencio de la otra parte.

No tengo tiempo

El directivo A desea reunirse con su homólogo B para tratar asuntos de relación inter-personal que están interfiriendo en la marcha del negocio.

B da largas a A, dice estar muy ocupado, no encuentra tiempo en su agenda, lo cual permite a B actuar su poder: “tú me persigues, yo te esquivo, ya decidiré yo cuándo nos sentamos”.

Cuando después de varios intentos A decide ponerse en acción por su cuenta y riesgo, B le envía inmediatamente un correo lleno de alertas y sobre-actuaciones con copia al jefe de ambos, “para que este se entere”.

Mediante este correo, B trata de posicionarse ante el jefe de ambos como quien hace las cosas bien, dando a entender igualmente a su compañero que B es el preferido del jefe, y que A está en el lado contrario.

La forma correcta de actuar

El directivo C no pierde oportunidad de decir a su colateral D cuál es «la forma correcta de actuar».

C necesita venderse ante D como el más avisado, avezado, avispado, creativo, exitoso, confiado, etc.

C se interesa escasamente por su compañero D, salvo cuando este último le presta su oído.

El correveidile

Otro caso de aspiración a la relación asimétrica sucede cuando E se presenta constantemente ante sus compañeros como un “correveidile” que trae rumores, cuentos y chismes sobre la vida interna de unos y de otros en la empresa, o como alguien que parece tener una relación privilegiada con el jefe.

E se presenta ante sus colaterales como una figura de poder, dando a entender que accede a una información que los demás no tienen y que por lo tanto tiene un poder que los demás no tienen.

La asimetría en el equipo

La asimetría en el equipo (ej.: equipo directivo) significa por ejemplo que la opinión de los miembros del equipo no tiene similar valor. Unos parecen más creadores de opinión y de sentido que otros.

Cuando un directivo llega nuevo a un equipo puede sufrir esta actitud de asimetría por parte de sus propios compañeros, que se sienten más propietarios del lugar. Por eso a los equipos directivos hay que repetirles una y otra vez que un equipo es nuevo por el simple hecho de que entra o sale un miembro del mismo.

Muchos fracasos de directivos recién llegados a una empresa provienen de esta relación de asimetría que en verdad es una resistencia del equipo a refundirse.

En la empresa familiar, en la que coinciden varios miembros de una misma fratría, la asimetría familiar se traslada al ámbito profesional. Lo que sucede en casa, viene al trabajo.

Déficit de visión compartida

La asimetría es sintomática de un déficit de visión compartida, da excesivo valor al poder personal por encima y más allá de las relaciones formales que se fijan desde el organigrama, los procesos o las funciones. Hay culturas de negocio donde la asimetría se vuelve la forma preferida de relación, viven en una concatenación de pequeños rituales, en detrimento de los objetivos y el resultado del negocio.